Ureña se dirigió a la banca y se lanzó encima de Paulo Wanchope. El asistente fue quien defendió a muerte la convocatoria del atacante, pese a que no jugaba en el Kuban Krasnodar ruso.
“Él confió en mí, hizo todo para que yo estuviera aquí y fue una manera de agradecerle. Siempre me dice que haga esas diagonales, que insista con eso y hay que darle la razón a los que saben”, contó el delantero.
En la retina de “Chope” quedará grabado ese instante, sobre todo porque fue muy emotivo.
“Yo no sé qué pasa en Rusia, pero él es un muy buen jugador y yo sabía que nos iba a ayudar mucho. Él es un romperredes, siempre que ha estado en la Selección ha marcado”, comentó Paulo.
Antes de que viniera toda esa alegría, Marco Ureña miraba atento los movimientos de la zaga charrúa desde el banco, por eso cuando entró a la cancha ya sabía lo que debía hacer para anotar y hasta con quién celebraría.
El velocista aprovechó un pase a tres dedos de Joel Campbell entre los centrales, la misma jugada que ensayó una y otra vez en las prácticas, y cuando se topó a Fernando Muslera le cruzó la pelota.
“Vi de reojo que el portero venía saliendo y le toqué el balón al otro lado”, contó Ureña con una evidente emoción en su rostro.
“Le mentiría si le digo que no soñé con ese gol. Había pensado mucho en él y cuando vi que Joel tenía la pelota sabía que era lo que debía hacer para encontrarlo”
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