Jesús Tamayo, a sus 19 años, hizo realidad el pasado domingo uno de sus sueños y debutó con el Alcorcón en el partido que enfrentó a los alfareros frente al Girona. Su timidez fuera de la cancha rápidamente desaparece cuando pisa el césped y controla un balón, algo que no ha pasado desapercibido para Miguel Álvarez que, debido a la plaga de lesiones que asola a la escuadra alfarera, no dudó en apoyarse una vez más en la cantera amarilla. Es el tercer jugador del filial que este curso juega con el primer equipo tras los debuts esta temporada de Chema y Dani Ponce. ¿Cómo ha vivido su debut? Ha sido un día muy especial y muy importante para mí. No puedo describir con palabras todo lo que siento ahora mismo. Cuéntenos cómo ha sido para usted esta semana desde el momento en el que sabe que Miguel Álvarez le convoca Al principio me llamó solo para entrenar y ya para mí era un premio muy grande. Poder entrenar con gente con tanta calidad y tan profesional fue para mí un premio y un orgullo. Luego a lo largo de la semana fui entrenando cada vez más y finalmente el sábado acabé convocado. Es un premio a muchos años de trabajo y muy agradecido de que en el Alcorcón me haya llegado la oportunidad de debutar. Una lástima no haber podido conseguir la victoria… La verdad es que sí, porque hemos tenido ocasiones de todos los colores. Hemos jugado un muy buen partido pero el guardameta rival -Isaac Becerra- ha estado muy bien. Ya lo estuvo también en los play off del año pasado y durante los 90 minutos de hoy -por el domingo- lo ha vuelto a estar y nada, al final la pelota no quiso entrar. Pero lo importante es la actitud que demostró el equipo y que peleamos hasta el final por la victoria ¿Cómo se ha visto al saltar al césped? Muy nervioso la verdad. Cuando me han dicho que salía al principio no me lo creía porque pensaba que no iba a salir y para mí era un premio el poder calentar en este estadio. Pero cuando me han dicho que salía me han comentado que saliese a disfrutar y que si tenía alguna oportunidad tratarse de hacer gol. Ha estado cerca, pero no ha podido ser.
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